Candido Perez

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Cándido Pérez Palma culminó el año pasado el retrato del arzobispo Fidel Herráez, que para entonces superaba la edad de jubilación de los prelados a los 75 años. Quedaba únicamente pintar la última cifra de la fecha final del periodo como arzobispo, que aún no había concluido. Pero desde que Herráez dejó el cargo en diciembre, el pintor burgalés con residencia en La Coruña no había podido desplazarse por las restricciones de movilidad de la pandemia y su propia agenda.

Finalmente, el martes acudió a la Catedral para rematar el retrato, y desde entonces cuelga en la capilla de Santa Catalina, en la galería con los lienzos de los obispos y arzobispos de que tenido la diócesis burgalesa desde el siglo Xlll. En el episcopologio hay retratos de Mateo Cerezo El Viejo, Román García (que pinté a Martínez Acebes) o Diego de Leiva, entre otros.

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Pérez Palma optó para este lienzo por una gama de grises cálidos, teniendo en cuenta la ubicación y la luz que el retrato iba a tener en su ubicación definitiva, en la capilla de la basílica. Fidel Herráez está retratado sentado en una silla delante de una ventana desde la que se puede ver la Catedral, en alusión al VIII Centenario del templo gótico. En la cartela aparece su nombre, las fechas como prelado en Burgos y los lugares donde ha ejercido su ministerio.

Extraído de un articulo publicado en el Diario de Burgos 2021-06-03

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En la capilla de Santa Catalina hay más de un centenar de cuadros que retratan a los obispos que ha tenido la diócesis desde el siglo XIII. Es lo que se llama un episcopologio, que en el caso de Burgos se expone en la Catedral, La costumbre del obispado y el cabildo es colgar el lienzo cuando concluye el mandato del prelado, pero para que eso ocurra sin demora el cuadro obviamente debe estar terminado antes.

En julio hará un año que Fidel Herráez cumplió 75 años, la edad estipulada para la jubilación en este tipo de cargos, aunque tampoco es extraño que se mantengan por más tiempo como de momento es el caso. Teniendo en cuenta que una vez superados los 75 su presencia en el puesto puede concluir en cualquier momento. en verano el arzobispado y el Cabildo encargaron al pintor Cándido Pérez Palma que realizara el retrato de Fidel Herráez para que, cuando su mandato concluya, pueda formar parte de la galería de prelados.

Del estilo y calidad del artista burgalés la diócesis tiene conocimiento porque suyo es el cuadro de Valentín Palencia y los mártires que cuelga en San Nicolás o el retrato de un Cid joven junto a su caballo que expone la basílica en el claustro bajo. “Este tipo de encargos son muy comprometidos, pero también son un reto. Reconozco que el retrato como tal no me Costó: lo más complicado fue encajar la Catedral detrás, porque les hacía ilusión que fuera ese el elemento que le definiera por coincidir su mandado con los actos del VIII Centenario”, apunta el artista.

A la hora de crear la obra Cándido Pérez Palma ha tenido muy en cuenta dónde iba a ubicarse el cuadro dentro de la capilla de Santa Catalina (nada más entrar a la derecha. junto al retrato del predecesor, Francisco Gil Hellín): “Me fijé en cómo recibe la luz, en la visión del espectador desde abajo y en el conjunto de la sala. Allí hay más de un centenar de cuadros y por eso me pensé mucho la gama de colores que quería usar para darle un toque de contraste”.

El encargo, decíamos, le llegó en verano y se puso manos a la obra en septiembre. El lienzo lo concluyo dos meses después dedicándose a este proyecto en exclusiva. “Queda pendiente concluir la cartela. Solo falta fijar la cifra final del año. Aunque solo sea un número tampoco es fácil porque está hecho en un gris que surge de la combinación de tres tonos. Lo hé elegido para darle armonía con el fondo y ante la posibilidad de que se me olvide o que no sea yo quien pueda concluirlo, lo be dejado escrito en el bastidor.

AL OTRO LADO DEL LIENZO. Es evidente que es un encargo comprometido, como también lo es la opinión de quien debe de reconocerse en el lienzo. Fidel Herráez asegura que cuando vio el cuadro se quedó “muy sorprendido positivamente”. “Es muy bueno. No solo técnicamente, sino porque me retrata de verdad, captando como dicen el alma. Puedo decir plenamente que el retratado soy yo”.

Para corroborar su postura repasa los días que el cuadro estuvo expuesto en el vestíbulo del piso de arriba de la Casa de la Iglesia. “Lo vio mucha gente y todos coincidieron en que es magnífico”.

El óleo se custodia ahora en el salón del trono. donde permanecerá hasta su traslado a la capilla de Santa Catalina. Cuándo ocurrirá eso es imposible de saber y al menos por ahora solo hay rumores. Al arzobispo le gustaría presenciar los actos del VIII Centenario de la Catedral, pero insiste en que se debe a lo que sus superiores ordenen: “Estaré hasta que me digan y trabajaré hasta el último día como si fuera el primero”, concluye.

Extraído de un articulo publicado en el Diario de Burgos 2020-06-12

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Desde que Burgos se convirtiera en archidiócesis en el siglo XVI, la capilla de Santa Catalina de la Catedral alberga los retratos de los obispos y arzobispos que han pastoreado la Iglesia en Burgos prácticamente desde sus orígenes. Francisco de Pacheco, el primer arzobispo, quiso convertir la capilla –construida en 1316 por encargo de Gonzalo de Hinojosa– en una especie de museo histórico que diera cuenta de los pastores que han regido la diócesis desde su orígenes. Su retrato –en el que aparece vestido de cardenal– es auténtico, pero no así los de los obispos que le precedieron cronológicamente, que son imaginados. Así, desde 1571 los muros de la capilla suman un total de 134 cuadros, al que próximamente se sumará uno más, de don Fidel Herráez Vegas.

Su autor es Cándido Pérez Palma, cuya obra se suma a la de pintores de renombre como Diego de Leiva, Mateo Cerezo o Román García. De ahí que, para el pintor burebano, la composición del retrato «haya sido un gran honor y un compromiso» pues, indica, «allí me pongo en muestra con los retratos de mucha gente. He procurado que sea digno dentro de mi estilo hiperrealista, haciendo un retrato que encaje en el lugar y para que quien lo vea me identifique y me haga honor con respecto a los demás artistas».

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No es la única obra de este pintor en la Catedral. Al retrato del arzobispo se suman también la puerta del sagrario de la capilla de Santa Tecla y un luminoso cuadro del Cid Campeador en el claustro bajo, sin olvidar el retrato de Valentín Palencia y compañeros mártires que pintó con motivo de su beatificación. El cabildo le encargó pintar a don Fidel en la última primavera y ha dedicado en él casi tres meses de trabajo. Para ello se ha servido de varias fotografías y distintos encuentros con el propio arzobispo, que ha retratado sentado en una silla delante de una ventana por la que asoma el templo gótico: «Hemos querido reflejar la Catedral porque durante su ministerio episcopal estamos celebrando el VIII Centenario y he añadido una sombra en la zona de la izquierda para dar mayor volumen al cuadro», pintado al óleo sobre lienzo con una gama de «grises cálidos y muy armonioso», tal como detalla su autor.

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El cuadro tiene unas medidas de 97 por 121 centímetros, en línea con el resto de retratos expuestos. Contiene, además, una cancela con el nombre del retratado, así como los lugares donde ha ejercido su ministerio, al que habrá que poner fecha de conclusión cuando llegue el momento. El retrato se colocará en el futuro, probablemente cuando el Papa haga efectiva la renuncia al ministerio episcopal de don Fidel por motivos de edad. Mientras tanto, el lienzo quedará expuesto en la Casa de la Iglesia. Esta mañana ha sido visto por el propio arzobispo, que ha quedado altamente sorprendido por la luminosidad y expresividad de la obra.

Extraído de un articulo publicado en la web Archidiocesis de Burgos 2019-12-12